Después de un año viviendo con mis intolerancias, hice mi primer viaje fuera de España como ‘intolerante’. Me regaló mi pareja unos días en París y aunque iba mentalizada para lo peor, al final no comí tan mal como pensaba. Tengo intolerancia muy alta a la lactosa y alergia al trigo así que la dieta, aunque es parecida a una sin gluten, he tenido más variedad para comer. ¿Dónde lo he pasado peor? En los desayunos y en el avión, donde lo único que me ofrecieron fue una manzanilla.
El irme unos días a París era el primer viaje que hacía al extranjero tras ser ‘intolerante’. Desde febrero del año pasado sabía que era intolerante a la lactosa pero hasta este mes que me han dado los resultados no he sabido si era celíaca, sensible al gluten o alérgica al trigo. Pues bien, ya lo sé. Me han detectado esta última, una alergia más que se suma a mi lista interminable de cosas que no puedo comer.
No tengo que llevar una dieta sin gluten pero sí una sin trigo así que más o menos las cosas que busco para comer son parecidas. ¿Por qué? Porque la intolerancia que tengo a la lactosa es muy alta y la mayoría de cosas sin lactosa lo son también sin gluten y porque al no poder comer trigo, a la hora de comer fuera, también estoy limitada. Sé que la lactosa no es un gran problema gracias a las pastillas de lactasa, pero prefiero no abusar de ellas porque me hincha la tripa muchísimo y luego tengo molestias. He probado con varias marcas y con todas me pasa lo mismo.
Así que ¿qué he comido en París? Cosas que me llevé de casa y en los restaurantes: ensaladas, filetes y patatas fritas. Así he sobrevivido, con mucho verde y mucha plancha.
Empecemos por la maleta. Como sabía que el viaje ‘sin’ era algo nuevo a lo que me enfrentaba, llevé muchas provisiones. Hice un pedido online a La Mar de Cookies de palmeras, cruasanes, napolitanas; compré los snaks de longaniza y pollo del Mercadona; patatas Lays al punto de sal; y me llevé las magdalenas Mdalen que vienen en bolsitas individuales y que compré en Carrefour. Así para picar entre horas y desayunar, tenía todo cubierto, a pesar de que en la agencia de viajes había avisado que tanto en los hoteles como en el avión tenía que tener un ‘menú’ especial.
Mi primera sorpresa fue cuando subí al avión de la compañía Air France y al dar el tentenpié a los pasajeros informé que no podía comer ni trigo, ni lactosa. Me dijeron que la compañía no tiene menús especiales en trayectos tan cortos y que lo único que me podían ofrecer era agua o una manzanilla mientras el resto se tomaba un café con leche y una napolitana de chocolate. Les dije que lo había comunicado con antelación a la agencia de viajes pero no sirvió de nada. ¿Qué hice? Tomarme resignada la manzanilla acompañada de una de las palmeras que me había traído de casa. ¿Qué haré? Poner una reclamación como una plaza de toros tanto a la compañía aérea como a la agencia de viajes ya que tal y como me comunicaron las agencias saben esto.
Llegué a Paris y, nada más hacer el check-in en el hotel Pax Opera, recordé lo de mi desayuno. Nueva sorpresa. Este hotel no tiene tampoco ‘menús especiales’, algo que también supuestamente sabe la agencia, así que la alternativa que me dieron fue comprar mi desayuno en el súper y comérmelo en la mesa con el resto. Así que me fui a un supermercado, me compré mi leche sin lactosa, y los dos días que estuve en París desayuné mi leche de fuera con mis magdalenas de casa teniendo alojamiento y desayuno incluido en el precio.
Quitando el servicio del avión y los desayunos, el resto de días en cuestión de comida no me fue tan mal. Eso sí, dejándome dinero en ello ya que menús aptos son difíciles de encontrar y más cuando estás en un país que no conoces y en lo único que piensas es en no perderte con el mapa.
Me recomendaron un par de restaurantes y un par de pastelerías, pero aunque lo teníamos todo el rato en mente, siempre que llegaba la hora de la comida nos encontrábamos a media hora o 45 minutos de los sitios que me habían dicho. Así que el primer día paramos en Grand Comptoir, un restaurante muy cerca de Notre Dame y en el que tuvieron mucho cuidado con mis intolerancias y alergias. Me dieron una carta de alérgenos y opté por comer un entrecot con patatas y ensalada sin nada de salsas.
A la hora de la cena, tenía al lado del hotel un Mc Donald’s, así que esa fue nuestra opción. Al fin y al cabo tienen cosas aptas (ensalada y patatas) y puedo comer sin problemas.
Al día siguiente fuimos más previsores y fuimos a Noglu, un restaurante sin gluten y con opciones sin lactosa. Sin embargo, cuando llegué allí, las opciones sin lactosa tenían un problema, que llevaban frutos secos, así que entre que me tenía que tomar la pastilla de lactasa de nuevo, que allí hablaban bastante poco en inglés y que la comida no hacía mucha gracia al resto de la gente que me acompañaba, fuimos de nuevo al Mc Donald’s.
La cena fue algo más fácil. Jugaba el PSG-Real Madrid y había que verlo desde el hotel, así que fuimos a un Carrefour que había a 500 metros y cené jamón serrano, patatas fritas de bolsa y de postre una manzana. Sí, no es una maravilla pero el menú no se diferenciaba mucho del resto.
Al día siguiente fuimos a Disneyland Paris y nos hospedamos en el hotel Magic Circus. Al ser un hotel con niños pensé que iba a tener más suerte con los desayunos y aunque no tuve mucha más, al menos había leche de soja y cereales Nesquik sin gluten y sin lactosa, aunque no hay que olvidar que aún tenía mi leche del otro hotel por si acaso y mis preciadas magdalenas.
El primer día en Disney fuimos al restaurante Ratatouille porque nos lo habían recomendado. Cuando reservamos sabían que necesitaba un menú especial así que de primero tenía ensalada y de segundo filete con patatas fritas. Estaba todo muy rico y la atención fue muy buena. Lo único que no pude tomar fue el postre porque apto sólo había macedonia de frutas y tenía piña, y como soy alérgica, descartado.
Por la noche, fuimos al Café Mickey, un restaurante que es caro pero cenas con personajes Disney y tiene menú de alérgenos. Cené una sopa de verduras, un entrecot y de postre compota de melocotón. Nada más llegar y explicarles lo del trigo y la lactosa, me sacaron la carta y como opción me dieron la sopa (con biscotes de mantequilla de caviar que no comí) y el entrecot, y tengo que decir que ni tan mal. Deciros que dentro de Disneyland hay varios restaurantes con un menú de alérgenos que no llevan gluten. Yo no le probé porque tuve alternativa con lo del trigo al no ser celíaca. Aquí os dejo la información.
Al día siguiente comimos en el Planet Hollywood y tengo que decir que ahí sí comí tranquila. Tenía una carta enorme sin gluten y había opciones sin lactosa. Yo opté por un costillar con salsa barbacoa y patatas fritas ¡y tan contenta! También me recomendaron el Steak House y, de hecho, íbamos a ir a cenar, pero después de patear tanto durante cuatro días, en cuanto terminó el espectáculo de fuegos artificales de Disney, nos fuimos al hotel ya que todavía teníamos provisiones.
¿Dónde he comido más tranquila y mejor? En el Planet Hollywood sin duda, a pesar de que en el Ratatouille y en el Café Mickey la atención fue impecable, pero no sé hasta qué punto tienen cuidado con la contaminación cruzada y hay menús sin gluten, ya que vuelvo a repetir, lo mío es una alergia al trigo y una intolerancia a la lactosa. Lo importante es que no me puse mala en los cuatro días y que siempre tenía de alternativa el Mc Donald’s o las provisiones que traía de casa y que compré allí en el súper.
Si algo me ha quedado claro, es que aquí, en España, me quejaba de la poca variedad sin gluten y sin lactosa que hay, pero la verdad es que he tenido que ir a Paris para darme cuenta de que estamos mucho más avanzados y que tenemos un gran abanico a la hora de comprar algo en el súper y que aunque todavía queda muchísimo por hacer, también hay muchos restaurantes en los que podemos comer tranquilos aunque las opciones no sean muchas. Creedme, fuera de aquí son menos aún.
Así que si queréis ir a Paris, llevad provisiones de casa porque aunque hayáis dicho que necesitáis un menú especial en la agencia, puede que tengáis la suerte que yo; no viajéis con Air France porque no cuentan con menús especiales y buscad siempre un Mc Donald’s, al menos es una opción y en el extranjero siempre hay (yo tenía el de al lado del hotel y el de fuera de Disneyland). Opciones para comer en Paris: Noglu, Sarra, y Bears & Raccoons son tres que me recomendaron aunque sólo pude ir al primero y como habéis visto, por mis alergias, no tuve mucho éxito. Y en Disney, Planet Hollywood y Steak House que tienen carta sin gluten. Así que mucha suerte y a ver si entre todos encontramos muchos más sitios que nos hagan la vida más fácil.
Por cierto, a la vuelta volví a tener en el avión manzanilla. ¿El resto? Un bodadillo o un sandwich… Pero tengo que decir que el viaje me encantó y que no puedo estar más contenta de haber disfrutado como disfruté del viaje a pesar de los obstáculos con las comidas. Paris es una cuidad tan bonita… y Disneyland… sin palabras.
Las patata Lays creo que llevan Lactosa. Es una de las que no puedo comer.
Y en Francia no usan aceite, usan mantequilla (tiene lactosa), así que todo lo que hacen a la plancha acaba teniendo lactosa también.
Las patatas Lays Groumet y al punto de sal no llevan lactosa. Y en cuanto a las cosas de plancha, en los restaurantes a los que fui me informaron de ello y me lo hicieron sin mantequilla porque yo tengo una intolerancia muy alta. Aun así, la mantequilla contiene menos de un gramo por cada 100 por si lo que tienes es un grado moderado o leve seguramente lo toleres 😉
Me dejan de piedra, yo soy intolerante a la lactosa y al gluten y tengo una dieta estricta que me acaban de poner por la noche solo puedo comer cremas y alguna compota, me voy 8 días a París y la Bretaña, todo programado, comida incluida….ya estoy temblando a sí que meterle algo en la maleta.
Llevar cosas no está de más. Busca en París sobre todo tiendas ecológicas y tiendas Carrefour. Los restaurantes que he puesto son los únicos que pude conocer. E Inglaterra… no he podido visitarla todavía. Fui hace cinco años pero todavía no estaba diagnosticada. Muchísima suerte en tus viajes. Un beso enorme.
Hola! No entiendo nada, de verdad. He ido a los pueblecitos mas escondidos de la geografia española y no he tenido ningun problema con mi intolerancia a la lactosa, que es leve debo decir, a la hora de pedir cafe con leche. En cambio, viajo a Paris, una de las ciudades mas turísticas del mundo y en el hotel ni les suena este tipo de intolerancia! Ademas, no encuentro ningun supermercado que tenga eata opcion.
te comprendo perfectamente, soy alérgica a lactosa y intolerante a fructosa y sorbitol.
Viajo a paris en unos meses, alguien me puede recomendar un restaurante sin lactosa????????
GRACIAS
Hola! No sé si llego tarde… pero a lo pocos días de escribirme me puse de parto y se me pasó contestarte. Lo siento… Yo los únicos restaurantes que conozco son los que comenté en el post 😉 Un saludo
Ya es una pena, ¡y nos quejamos de lo que tenemos aquí! La verdad es que queda todavía mucho por hacer, pero poco a poco lo conseguiremos 😉
Que identificada me siento contigo!
Yo soy intolereante a la lactosa hace 10 años y desde hace 7 meses también añado sensible al gluten, en nochevieja hice mi primer viaje al extranjero desde el nuevo diagnóstico y mi experiencia es muy parecida en Bélgica. La pena de allí que el McDonalds no tiene opción sin gluten como aquí, tan solo ensalada y patatas.
Estoy totalmente de acuerdo, aunque falta muchísimo por mejorar cuando viajas fuera, valoras los grandes avances que tenemos aquí.
Muchas suerte y a seguir viajando! Yo la semana que Irene emprenderé mi segundo viaje de súper intolerante jajaja
En París menú de hamburguesa no hay. Lo he expresado mal y ahora lo modifico para no crear malentendidos. Cuando te he leído me he dado cuenta ?. Como dices son las patatas y la ensalada lo que son aptas, a eso me refería.
Mucha suerte en tu nuevo viaje y ya verás como poquito a poco conseguimos que en todo el mundo esto se normalice ?