Las bodas, los bautizos, las comuniones y demás comidas o cenas en grupo o familiares para los que tenemos alguna intolerancia alimenticia, alergia o enfermedad relacionada con la alimentación casi siempre es un problema. Por suerte, cada vez son más los restaurantes adaptados y familiares y amigos concienciados. Eso es lo que me pasó a mí el pasado cuatro de agosto. Dos amigos míos se casaron en la Finca El Rancho de la Aldegüela y prepararon todo para que los que no podíamos comer ni gluten ni lactosa disfrutáramos de su enlace como los que más.