La necesidad de hacer la compra sin gluten y sin lactosa lo nota el bolsillo y mucho. Y es que las personas celíacas, sensibles al gluten e intolerantes a la lactosa gastan entre un 40% y un 70% más al año cuando tienen que ir al súper. Una cifra desorbitada que la sociedad que no tiene este problema desconoce.
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Intolerante a la lactosa, sensible al gluten y ahora… ¡embarazada!
Llevo varios meses desaparecida y muchos quizás pensásteis que ya había perdido la motivación por esto. Y tengo que decir una cosa, ¡eso nunca! ¿La razón de mi falta de noticias? Para mí ‘la noticia’: ¡estoy embarazada! Sí, soy intolerante a la lactosa, alérgica al trigo, en proceso de si saber si soy sensible al gluten y ahora también estoy esperando un bebé. Una criatura que pensé que no llegaría tan pronto debido a todos los impedimentos que me pusieron los médicos. Pero aquí estoy, ‘horneando’ a mi bollito y además, de maravilla.
Lactosens, el dispositivo que “está revolucionando la forma en que la industria láctea analiza la lactosa”
Quizá no hemos oído hablar mucho de Lactosens y conviene que sepamos de su existencia ya que es un dispositivo novedoso que garantiza que los productos lácteos sin lactosa realmente no contienen el azúcar de la leche. De hecho, ha obtenido el Certificado Internacional NordVal que confirma que puede medir en pocos minutos los niveles de lactosa ahorrando así tiempo y dinero a las industrias lácteas. Me he puesto en contacto con la empresa y esto es lo que me ha contado de este dispositivo que “está revolucionando la forma en que la industria láctea analiza la lactosa”.
Los panaderos y pasteleros de Castilla-La Mancha mejoran el etiquetado nutricional de sus productos
El gremio de panaderos y pasteleros de Castilla-La Mancha ha firmado un convenio de colaboración con el laboratorio agroalimentario ‘LIEC’ con el fin de mejorar el etiquetado nutricional de todos sus productos envasados.
La mar de cookies, una pastelería sin gluten y sin lactosa
Después de meses sin probar palmeras de chocolate ¡por fin he podido catarlas! Ha sido gracias a ‘La mar de cookies‘, una pastelería de Torrelodones que conocí en Internet y con la que me he vuelto loca nada más entrar.